En ciertos casos la música nos pone a bailar, nos aliviana el cuerpo y en el movimiento se hacen incontenibles nuestras intenciones de celebración, en otras ocasiones nuestras voces desean ser parte de este medio que sirve de puente entre lo metafísico y lo terrenal. Y existen situaciones en las que está liviandad del cuerpo creada por armonías y tonalidades viene cargada con el deseo de acercarnos a nuestros más importantes afectos. La música nos complementa y en esta sección de documental buscamos comprobar las relaciones que tenemos con ella.